Un empate a cero frente a los daneses, un gol de Antonio Cassano que daba un empate a uno frente a los suecos, y una victoria «in extremis» frente a los búlgaros por 2-1 gracias a los goles de Simone Perrotta y Cassano, que unidos a los resultados del resto de equipos daban un triple empate a 5 puntos en el que Italia se vería desfavorecido por la peor diferencia de goles totales debido al menor número de dianas anotadas a favor.