Por ello, en los primeros años del siglo el corsé fue desplazado por el uso de sujetadores y enaguas. En contraste, las clases populares -y, en ocasiones, las aristocráticas- se apegaron a los trajes regionales españoles y surgió el fenómeno del majismo, que retrató magistralmente el pintor Francisco de Goya. Por su precio y lo perfectos que son los diseños que nos han conquistado, sospechamos que terminaremos añadiéndolos todos a la cesta de compra.