Tras un inicio de temporada en el que el equipo no ganó a ninguno de sus rivales directos, Óscar Fernández fue destituido y reemplazado por Manolo Cano. El 21 de noviembre de 1999, y mientras era futbolista del RCD Mallorca, propinó un fuerte puñetazo en un partido de liga que enfrentaba a su equipo y al RCD Espanyol al delantero Serrano. Era un portero que solía jugar bastantes metros alejado de su arco siempre que podía, prueba de ello es que en el año 1996 en el partido entre Vélez Sarfield y River Plate, el también excéntrico portero José Luis Chilavert, le marcó un gol de falta desde mitad de cancha.