El cuadro rossonero disputó la final de la Copa Intercontinental (instaurada en 1960), en la que cayó ante el Santos de Pelé. Solo quedó tiempo para lamentarse de las ocasiones falladas y para volcarse hacia la portería británica, que al menos encajó un segundo col del Piojo dejando el marcador final en 2-2 pero con el Valencia eliminado. En esa final, el Milan empezó ganando por 4:2, pero en el partido de vuelta perdieron por idéntico marcador en el Estadio Maracaná, y en un partido de desempate el equipo de O Rei ganó el título por la mínima diferencia.