Su gran rival en la lucha por subir fue el Málaga, que tenía también un gran equipo. De esta manera, quedó conformado un escudo, que a pesar del paso de los años y las múltiples modificaciones sufridas, no ha cambiado su estética en absoluto. Roque Olsen dispuso una plantilla llena de extranjeros, y el presidente José Salinas contó con una junta corta y operativa que colaboró con una gestión brillante al tremendo éxito.