Esta generación, considerada por muchos aficionados como la mejor formación de canteranos que ha dado el club, cerraba unos gloriosos años que dejaban paso a la etapa reciente del club, donde su dominio enflaqueció, para vivir los años de mayor disputa futbolística vividos en España desde los primeros años del siglo xx. Estas nuevas generaciones en todas sus secciones siguieron con la estela marcada por Di Stéfano y los suyos, aumentando el palmarés y el dominio del club con más de cien títulos en apenas cuatro décadas desde los años cicuenta, equipacion real madrid 2023 afianzándose así como referente deportivo mundial. Campeonato Mundial de Clubes -otrora Copa Intercontinental-. En tenis, que había sido reforzado por distintos jugadores, destacó la figura de Manuel Santana, campeón del Campeonato de Wimbledon en 1966 con el escudo del club madridista en el pecho. Pese al gran refuerzo de los talentosos zurdos, la marcha del equipo no es todo lo buena que cabía esperar y Jorge Valdano fue despedido mientras Ramón Mendoza dimitía del cargo por los malos resultados deportivos y la enorme deuda que acumulaba el club. «bestias negras», el Košarkaški Klub Cibona liderado por el entonces considerado mejor jugador del baloncesto europeo y que fichó cuatro años más tarde por el conjunto blanco, Dražen Petrović antes de su marcha a la National Basketball Association (NBA).
En la disciplina baloncestística se incorporaron Mirza Delibašić, Steve Malovic y un jovencísimo Fernando Martín, que se convirtió en el mejor pívot que ha vestido nunca la camiseta blanca, y que tuvo el privilegio de ser el primer español y segundo europeo en disputar la National Basketball Association (NBA) jugando para los Portland Trail Blazers. Una trágica paradoja quiso que los caminos de dos de los más grandes baloncestistas de la historia del club tuviesen el mismo triste final: Dražen Petrović falleció en similares circunstancias a las de Fernando apenas un año después. Se llegó así al 6 de marzo de 1952, fecha del 50.º aniversario de la fundación de la entidad, para la cual el presidente Bernabéu organizó diversos actos entre los que destacaron la disputa de un torneo internacional de fútbol y otro de baloncesto. En esas gestas europeas se fue forjando el término de «miedo escénico», en referencia al fervor que se vivía en el Estadio Santiago Bernabéu porque los aficionados convertían el estadio en un auténtico fortín en el que el apoyo ofrecido a su equipo permitió que se vivieran múltiples remontadas, algunas de ellas frente a resultados muy adversos, en las que los rivales se veían desbordados y atenazados.
«El Madrid de Di Stéfano» subió así al club a lo más alto del panorama futbolístico internacional, logrando un gran reconocimiento por parte de medios, aficionados y equipos rivales. Pese a ello, supo mantener en todo momento los valores del madridismo, lo que le hizo acreedor de un reconocimiento únanime del mundo del fútbol al dirigir al club en el difícil período de transición tras la desaparición de su dirigente más legendario y quizás del fútbol español en toda su historia. L’Équipe del Balón de Oro, premio al mejor futbolista del mundo según un jurado de expertos, y en donde los blancos coparon el podio del trofeo durante los primeros años. «Historial del Balón de Oro». Por aquel entonces, Raimundo Saporta llegó a alcanzar la vicepresidencia del club, estrenando el cargo en 1962, y sus actos no hicieron sino ayudar al firme crecimiento de la sección de baloncesto en particular, y del club en general. En el fútbol, la conocida como la generación de futbolistas de «La Quinta del Buitre» fue forjándose en las categorías inferiores del club. Jacinto Quincoces, antiguo futbolista del club y con apenas un año en el cargo, renunció a la dirección técnica. El club retiró el dorsal 10 con el que tantas ocasiones triunfó en su honor; hasta la fecha es el único dorsal retirado por el club.
Jugará hasta que se sienta bien. En aquella época había algunos conflictos políticos entre los países del régimen comunista, entre los que se encontraba Hungría, y España -en esos momentos una dictadura derechista basada en el nacionalismo denominada franquismo-. El fútbol, que no atravesaba por grandes logros a nivel nacional, pronto cambió su rumbo y empezó a escribir los que fueron los primeros renglones de su primera época dorada. El gran equipo que asombró a Europa ya comenzaba a desvanecerse y se produjo un cambio generacional que inició una nueva época en el club de Concha Espina de la mano del técnico Miguel Muñoz, exfutbolista del club e integrante de la exitosa generación. A finales de la década los éxitos de la sección de baloncesto acompañaron a los del fútbol, y el equipo se desquitó por fin frente al complicado rival serbio. «los blancos» ganaron la Liga 1996-97 dirigidos por el técnico italiano Fabio Capello que deslumbró a Europa con la A. C. Milan en los primeros años de la década. Durante la década de los ochenta, el club volvió a vivir un nuevo esplendor abanderado por sus secciones de fútbol y baloncesto, casi ya las únicas dos representantes de la entidad al haber sido clausuradas la mayoría de las otras secciones deportivas.