Estas faldas creaban amplios pliegues y drapeados, que junto a la decoración de borlas y flecos recordaban a las cortinas domésticas, por lo que fue denominada «moda tapicera». Como adornos, las mujeres llevaban, además del tupu, collares de cuentas, huesos o conchas y, los hombres, varillas de oro en los lóbulos de las orejas; también podían llevar diademas o collares de plumas, brazaletes, máscaras de oro y collares de dientes de enemigos muertos.